Pues ya tocaba la hora de marcharnos de Porto rumbo a Dublín. Ryanair vuela desde la segunda ciudad lusa cosa que no hace desde Lisboa. Para llegar al Sá Carneiro es el metro, siempre y cuando no te líes. El trayecto desde Bolhão al aeropuerto no lleva mas de 20 minutos. Me despedi de la residencial y me dirigí hasta la estación, una vez allí mi primer problema, algunas maquinas del metro no dan cambio mayor a 5/10 euros, ojo con esto. Rebuscando encontre monedas, de todas formas un grupo de 3 venezolanos y un mexicano me ofrecierón dinero para pagar el billete sencillo. Me monte con ellos hacia el aeropuero, destino común. Al llegar el Sá Carneiro es un pequeño pero muy logrado aeropuerto que cobre con creces las necesidades de una ciudad como Oporto. Me dispongo a facturar mi mochila y en la cola me encuentro con Rafa, un brasileño estudiante de derecho que la verdad nos pasamos un viaje genial. Ya pasamos el control de seguridad, unas comprar de vino y tabaco y nos toca la famosa jaula de Ryanair. La jaula de los problemas, es el punto crítico entre amar y odiar la compañía de bajo coste, nos insinuan que tenemos que introducir las mochilas, Rafa no se corta, yo la meto si despues no sale me llevo la jaula dentro del avión, pero mi mochila la meto. La mía no hace falta, sin embargo la paso delante del personal de tierra, definitivamente no nos dicen nada por las mochilas y de lleno al mercadillo que son los vuelos de Ryanair. Puedes comprar, colonia, refrescos, comida, lotería, tarjetas de telefonía, cigarrillos electrónicos, alquilar un coche, un cargador para 200 paises... en definitiva ¡me lo quitan de las manos! Despues viene el poder dormir, imposible! Musica cual feria todo el rato! No quiero ni pensar que sonará en el Ipod de Michael O'Leary. Tras unas horas de vuelo aterrizamos en Dublín al sonido típico de las carreras de galgos y caballos Call to post. Os dejo una curiosa canción sobre Ryanair.
Jeje qué bueno.
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